Tras el final de su primera temporada, Juego de Tronos se ha convertido en una de las serie revelación de los últimos tiempos. De la mano de HBO nos trasladamos al mundo medieval del continente de Poniente, un lugar fantástico, dónde la magia y las criaturas mitológicas pertenecen al pasado. Los siete reinos llevan largo tiempo conviviendo en aparente paz bajo el mandato del rey Robert Baratheon. Pero el invierno está llegando (los inviernos son largos y duros en el continente de Poniente, y bajo la nieve llegan criaturas oscuras que yacían dormidas los últimos años), entonces comienzan a desatarse las viejas pugnas por el trono de hierro entre las distintas casas, y la paz se resquebraja.
La primera temporada de Juego de Tronos corresponde al libro del mismo nombre que inicia la Pentalogía: Canción de Hielo y Fuego. Obra del autor George R. R. Martin, que le valió en 1997 el premio Locus de Ciencia Ficción. La temporada se compone de un total de 10 capítulos de una duración aproximada de una hora cada uno. Es una apuesta muy seria por un proyecto de fantasía épica, que oscila entre el cine y la televisión. Escenarios detallados, un guión muy solido, personajes carismáticos y una excelente banda sonora, hacen de Juego de Tronos una pieza única para los apasionados de la ciencia ficción.
Cada capítulo cumple con el objetivo de atrapar más y más al espectador. Los giros de guión resultan inesperados e imprevisibles, sin duda una gran baza que ponen en juego para que siempre quedes con ganas de más. Este comienzo es un excelente preludio para lo que ha de venir, sirve como presentación de los personajes, la disposición de las piezas sobre el tablero.
A título personal reconozco que la serie me ha encantado, convirtiéndose en una de mis favoritas. Todos los detalles están cuidados con esmero, es un gran trabajo para los que échamos de menos reproducciones dignas de los mundos fantásticos, que a menudo quedan entre efectistas y mediocres. Los personajes encajan en cada una de sus casas con perfección, representando con su aspecto y personalidad los ideales y consignas a las que pertenecen. Ahora ya podría reconocer a un Lannister o un Stark. En general existe una notable diferencia entre “los buenos” y “los malos”, a pesar de sus toques claroscuros. Sin embargo, el argumento juega con esa linia que los separa, haciendo virar algunos de sus personajes a un lado u otro de la balanza. Este es un mundo salvaje, y el sexo y la violencia están muy presentes en la serie. En un aspecto que me ha llamado bastante la atención, pues normalmente a la fantasía se le vinculan connotaciones de cuento y estos aspectos no suelen reflejarse. Aquí, la crudeza esta presente en todo momento, como era en el auténtico medievo y esto hace muy creíbles las situaciones. Además, la magia y los elementos fantásticos están escogidos con mucho cuidado, son algo oscuro, que llega por leyendas casi mitológicas, pertenecientes a los tiempos pasados. Sin embargo, todos sabemos que el cercano invierno las despertará.
Juego de Tronos ha empezado muy bien, pero también ha puesto muy altas las expectativas. Si consigue mantener el nivel y se llega a concluir, se convertirá una pieza inolvidable durante décadas. Por el momento, se acabaron la apasionantes noches de los lunes. Este verano seguiré con los libros, esperando que HBO anuncie pronto el inicio de la segunda temporada.