Cine y series

TRON Legacy, ¡larga vida al Usuario!

¿Y si pudiérais entrar dentro de vuestros ordenadores? Y si descubriérais, que bajo la fría apariencia de chips, cables y chapa existe un mundo habitado por programas antropomórficos que hablan, viven y tienen miedo… Programas que compiten a muerte en “los juegos”, donde ganan o caen como gladiadores en peleas de discos o carreras de motos. Esto es La Red. El mundo que presenta TRON.

No he visto la original del año 82, pero er una película que siempre había resonado en mi cabeza. Conocía los trajes de neón de algún videojuego (Kingdom Hearts) e intuía el argumento (chico entra dentro de una máquina de recreativos para combatir un programa maligno). Por eso, quizás, esta nueva revisión de TRON me ha sorprendido mucho. La crítica habla de que la nueva película no innova en la parte argumental, que utiliza los mismos recursos que su predecesora. Pero juega con la ventaja de 30 largos años de diferencia y la posibilidad de que el público actual nunca haya visto la precuela.

Por eso, no importa que no hayas visto TRON 1.0, es más, mejor si no la has visto porque entonces TRON Legacy te parecerá algo nuevo y muy interesante. A grandes rasgos, esta película presenta un mundo virtual  (la Red) con el que soñamos los programadores (aquí recuerda un poco a Matrix), un mundo donde los programas tienen identidad propia. Con sus leyes y su orden, pero también con sus fallos en el sistema y sus brotes de albedrío.

La puesta en escena es impresionante. La recreación del mundo de la Red, los trajes luminosos, las batallas, las naves, las motos… todo encaja muy bien y engulle al espectador desde que el protagonista entra en el mundo. Aunque considero que la parte “3D” sigue siendo un engaño y no merece la pena pagar esos euros de más por un poco de estereoscopia barata (nada que ver con Avatar). Por tanto, una recomendación para disfrutarla de verdad, prescindir del pseudo3D.

La banda sonora también resulta muy adecuada. Con un sonido un tanto retro, que consigue la sinergia con el TRON pasado y aquellas extintas salas de videojuegos con máquinas enormes de 8bits. Y de esos vestigios del pasado, vemos pinceladas también en el argumento. Un ambiente muy a la Rusia de la “guerra fría”, que recuerda al 1984 de Orwell. Programas sin personalidad dispuestos a ejecutar las órdenes del programa maestro. Muerte y persecución a los insurrectos. Y una resistencia, encabezada por los Usuarios y programas afines.

El mundo de TRON me resultó tan complejo, tan atractivo y mágico, que salí del cine con ganas de más. Lástima que de momento no se convierta en trilogía. Esperemos a ver.


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xiibi

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